-Doctor, ¡ya no aguanto más! A pesar de todos mis esfuerzos, mi marido no me considera. Desde que nos casamos, él sólo habla de su mamá, mamá, mamá... ¡es como si yo no existiese!
El psicólogo le pregunta si ya probó con hacer una cena especial.
-Sí, pero no ayudó nada.
-Tengo una idea, señora -dice el psicólogo.
-Si hay un lugar donde su suegra no puede rivalizar con usted, es en la cama.
Esta Noche usted se viste con un vaporoso negligé y camisón negro de encaje, todo transparente. Además póngase medias de encaje, una mini tanga y liguero negro, el color negro es muy sexy y excitante, maquíllese, use altos tacones de pulsera, negros obviamente, además cambie las sábanas; coloque sábanas de seda, con ese ambiente seguro que no resiste. Si puede coloque unas velas en lugar de luz eléctrica.
La despampanante joven siguió todo el plan al pie de la letra, sin olvidar ningún detalle. Sentía un leve rubor en todo su cuerpo al preparase para su esposo.
La verdad es que ella misma nunca se había sentido tan sexy, provocadora y voluptuosa, al mirarse de cuerpo completo en el espejo, sintió deseos por ella misma, de tan sexy que se veía. Al llegar el marido adopta una postura provocativa; él entra a la habitación, la ve y gritando pregunta con cara de desesperación:
-¿Por qué estás toda de negro? ¿Le pasó algo a mi mamá?
1.Siempre que salimos mi mujer y yo caminamos
tomados de la mano; si la suelto se pone a comprar.
2.Ella
tiene una batidora eléctrica, una tostadora eléctrica, una máquina eléctrica de
hacer pan. Un día me dijo:
-Caramba,
tenemos un montón de aparatos eléctricos y no tenemos nada para sentarnos...
Pensé en comprarle una SILLA ELÉCTRICA, pero me contuve. Es la madre de
mis hijos.
3.Yo me
casé con doña "Tengo Razón". Solo que no sabía que su segundo
apellido era "Siempre".
4.Ya hace
18 meses que no hablo con ella. Es que no me gusta interrumpirla.
5.Tengo
que admitir que nuestra última discusión fue culpa mía. Cuando ella me
preguntó:
-¿Qué
estás viendo en la tele....?
Yo
le contesté:
-Bastante polvo. Deberías
limpiar.
6.En el
principio, Dios creó el mundo y descansó; creó al hombre y descansó; después
creó a la mujer. Desde entonces ni el mundo, ni el
hombre, ni Dios tuvieron más descanso.
7.Un día se
estropeó nuestra cortadora de césped (eléctrica). Mi mujer me colmaba la
paciencia dándome a entender que yo debería arreglarla. Por mi parte, siempre
acababa teniendo otras cosas más importantes que hacer, tipo: lavar el coche,
hacer un informe, en fin, lo que para mi parecía más importante. Un día ella
encontró un modo muy sutil de convencerme: Cuando llegué a casa, me la encontré
agachada en el césped, que estaba muy alto, recortándolo con su tijerita de
costura. Eso me llegó al alma, me emocioné. Decidí entrar en la casa y volví
después de unos minutos, llevándole su cepillo de dientes. Se lo entregué, y se
me ocurrió decirle:
-Cuando termines con el césped, podrías también barrer el
patio.
Después
de aquello, no me acuerdo de nada. Estoy en blanco. Los médicos dicen que
volveré a andar, pero que cojearé el resto de mi vida.
8.El matrimonio es una relación
entre dos personas, en la que una siempre tiene razón, y la otra es el
marido.
Después de medio siglo de armonía total en
el matrimonio, él muere y poco tiempo después, ella también. Ambos, creyentes y
practicantes, van al cielo.
Allá en el cielo, ella busca al que fue su
marido durante 50 años y corriendo hasta donde se encuentra, lo abraza, lo
besa, le hace infinidad de caricias y le dice:
Un muchacho, tocó
a la puerta de la casa de su novia. Tuvo el tino de abrir el Padre de la muchacha
- ¿Qué desea,
joven?
- Pues, verá usted,
vengo a hablar con usted.
- Bueno, pues,
pase joven, vayamos a la sala y ahí me cuenta de qué quiere hablar conmigo. ¿Y bien?
El joven, todo
decisión, respondió:
- Mire usted,
vengo a comunicarle que a su hija y a mí nos gustaría compartir nuestras vidas.
Nos queremos casar.
El señor sonrió.
- Pues está muy
bien eso de que se casen, pero cuénteme, muchacho, ¿ya cuenta con un salario digno
para poder sustentar a mi hija y los hijos que vengan?
El joven, con
todo el aplomo del mundo, contestó:
- Mire, aunque
soy Ingeniero titulado, no gano mucho. Sin embargo, su hija me ha comunicado lo
que ganan su distinguida esposa y usted. Por lo cual, confío en tener una pequeña
ayuda de ustedes para poder pagar el teléfono, el agua, la luz y el supermercado.
Un poco sorprendido
por la respuesta, el Padre, hizo otra pregunta:
- Bueno, ¿y piensan
comprar un departamento o una casa?, ¿o prefieren rentar?
El joven, con
mirada inocente, contestó:
- Si antes le
pedí una pequeña ayuda para poder ir viviendo, hemos pensado que, como esta casa
es muy grande y pueden vivir perfectamente dos matrimonios, no es necesario comprar
o alquilar departamento o casa. Deseamos vivir en esta casa con ustedes.
El señor, desconcertado
por la actitud del muchacho, continuó con el interrogatorio:
- Dígame algo,
¿tiene automóvil?
El joven, sonriendo,
respondió:
- Mire, no tengo
coche porque he estado pensando que si usted tiene tres, para qué vamos a comprar
uno más. Usted nos deja el que les sobra y así no es necesario adquirir otro.
En ese instante,
entró en la sala la Madre de la novia, quien, mirando primero al joven y luego a
su esposo, preguntó cordialmente:
- ¿Se puede saber
de qué platican?
El esposo respondió:
- Querida mía,
qué bueno que llegas, quiero presentarte al Señor Arbitro, quien pretende ser el
futuro marido de nuestra hija.
El joven, desconcertado
y molesto, inquirió:
- Oiga, ¿por qué
me llama Señor Arbitro?
A lo que el presunto
suegro reviró:
-Y bueno, grandísimo
hijo de la chingada, ¿cómo demonios quieres que te llame si hasta ahora lo único
que vas a poner en esta casa es el pito?
Un hombre sale como loco al balcón de su
casa, y le grita a su mujer, que está enfrente platicando con sus amigas:
- ¡Milagros! ¡Milagros! ¡Hemos ganado los 50
millones de la lotería!
La mujer salta como loca de alegría, pasando
entre todas sus amigas, y sale volando a la casa para abrazarse con su marido, al
cruzar la calle, aparece un camión a 120 kilómetros por hora y….!Zas!, la atropella.
El marido abre los ojos hasta que casi se le
salen de las órbitas, y dice:
El marido está cómodamente viendo la televisión. De pronto, su mujer entra a la casa y le pregunta:
-Querido, ¿puedes revisar mi coche? Está descompuesto a una calle de aquí.
Él la miró y respondió:
-¿Arreglar el coche? ¿Acaso estás viendo el logotipo de Chevrolet en mi frente?
-Entonces, ¿Puedes arreglar la puerta del refrigerador? No está cerrando bien
-¿Arreglar la puerta del refrigerador? ¿Acaso estás viendo el logotipo de LG en mi frente?
-¿Puedes al menos cambiar la bombilla eléctrica que está afuera? Hace semanas que no funciona.
-¿Cambiar la bombilla eléctrica? ¿Acaso estás viendo el logotipo de Philips en mi frente?
Ella lo miró con decepción y tristeza. Pero el marido enojado le dijo:
Ya me fastidiaste la tarde con tus problemas. Mejor me voy al bar. Allá estaré mejor.
Se fue al bar y bebió hasta la noche. Después le entró el remordimiento y decidió regresar a casa a ayudar a su esposa. Cuando llegó, vio el coche arreglado y en la cochera; también la famosa bombilla eléctrica estaba funcionando; en la cocina notó que la puerta del refrigerador también había sido reparada.
-Querida, ¡Todo está funcionando bien! ¿Cómo le hiciste?-, preguntó intrigado.
-Pues mira, cuando te fuiste al bar me senté fuera de la casa y me puse a llorar. Entonces un joven muy simpático me preguntó qué me pasaba y yo le conté. Se ofreció a ayudarme en todo. Como pago por sus servicios me dio a escoger entre: 1.- Irme a la cama con él, o… 2.- hacerle una hamburguesa.
El marido preguntó despreocupado:
-Entonces, ¿qué tipo de hamburguesa hiciste para él, mi amor?
-¿Hamburguesa? ¿Acaso estás viendo en mi frente el logotipo de McDonald"s?